Imagen de la seducción y del éxito, la riqueza y la fama, Julio Iglesias ha alcanzado una celebridad a escala global como ningún otro español –con la excepción de Dalí y Picasso– ha conseguido en nuestro tiempo. Su carrera, sin embargo, ha estado atravesada de contradicciones: con más impacto popular que aprobación de las elites culturales, Iglesias ha sido criticado por sus méritos artísticos, sus alineamientos políticos, sus manejos económicos o su condición de «latin lover».
