En Cantabria, «calabobos» responde a una llovizna menuda que cae de forma imperceptible, por eso en esta novela llueve todo el rato y sus personajes están mojados permanentemente. Rodeado de paisajes bellos a la par que violentos y a través de una oralidad descarnada, maleducada, y un cántabru tosco y fiero, el protagonista de esta historia habla de la brutalidad silenciosa de un pueblo desamparado, que cala poco a poco en su gente sin que ni siquiera se den cuenta, mientras trata de encontrar a su hermana antes de que llegue la pleamar.
