In memoriam Carmen Alborch

25-10-2018

Ayer nos dejó Carmen Alborch. Primera mujer ministra – de Cultura-, de un gobierno democrático y socialista, primera mujer decana de la Facultad de Derecho de la Universitat de València, Directora General de Cultura de la Generalitat Valenciana, Directora del IVAM, y así un largo listado de cargos de una mujer avanzada a su tiempo. Pionera en el papel que juegan hoy las mujeres en la política, se nos ha ido una gran gestora cultural, que fue capaz, junto a Vicent Todolí, de poner a Valencia y nuestro Museo de Arte Moderno en el mapa.

Muchos son los calificativos que describen a una valenciana abanderada de la modernidad: optimista, trabajadora, comprometida, demócrata, apasionada, gran amiga, rompedora… pero, por encima de todo, feminista. Cultura y feminismo han sido sus dos grandes rasgos. Más allá de su papel de referente político, ha sido una escritora que ha reivindicado el papel de la mujer, la soledad y la vejez. La trilogía Solas (Temas de hoy, 1999), Malas (Aguilar, 2002) y Libres: ciudadanas del mundo (Aguilar, 2004); o Los placeres de la edad (Espasa, 2014) son buena muestra de su pensamiento alrededor de los derechos de la mujer, feminismo e igualdad; en La Ciudad y la vida (RBA, 2009) relató sus experiencias en el ámbito de la política.

Ayer, 24 de octubre, a una semana de cumplir 71 años, y quince días después de recibir la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana, ha tenido que decir adiós a una intensa vida, a una trayectoria que vale unas cuantas vidas, realmente. La Fira del Llibre de València quedará un poco más huérfana en su próxima edición porque Carmen, cabellera roja al viento, nos visitaba cada año, casi a diario, en mil y una actividades, como socia de honor que era de «Clásicas y Modernas», con «Mujeres progresistas», en presentaciones de libros, y cualquier acontecimiento que reclamara su presencia. Su sonrisa perenne vivirá para siempre entre nuestros libros. Descansa en paz, Carmen.