El escritor, académico y Premio Nacional de Las Letras Luis Goytisolo (Barcelona, 1935) firma hoy en la 52 Fira del Llibre ejemplares de su última obra, Coincidencias, donde lleva por primera vez al género de la novela el humor absurdo que ha cultivado desde 1968 en sus Fábulas. “Coincidencias son una serie de hilos temáticos, en principio independientes, que no tienen nada que ver y que se van entretejiendo. Son los mismos problemas que tenemos aquí y los que tiene cualquier país del mundo. Es tan disparatada como la situación nacional e internacional”, explica su autor.
“Antes había gente peor, como Stalin o Hitler, pero ahora hay políticos casi inconcebibles por lo disparatados que parecen, como Trump, Kim Jong-un o Nicolás Maduro, que antes no existían”, lamenta Goytisolo, quien recuerda que en sus Fábulas, incluso en la primera de 1968 –Ojos, círculos, búhos- ya se refería «a este tipo de gente». «Mi Segismundo es muy parecido a Trump”, reflexiona.
Para el autor, “no ha habido tiempos tan bobos como estos, pero bobo en el sentido de que entonces la gente tenía ideas muy claras en un sentido u otro, ahora está todo mucho más difuso, es muy difícil para la gente saber exactamente cuál es la solución a lo que está pasando y porqué le está pasando”. “Actualmente un médico o un ingeniero no pintan nada, antes eran carreras que contaban mucho y esto, en cierto modo, es un aspecto más de la falta de articulación de la sociedad, pues ahora no existe clase obrera y todos son empleados o inversiones, y del declive de la cultura que estamos presenciando”, asegura.
“Se están suprimiendo prácticamente todas las asignaturas”
El autor lamenta que mientras “antes la gente estudiaba una cantidad de asignaturas con las que tenía claro lo que es la vida y lo que es uno mismo», ahora «se suprimen prácticamente todas”. El autor pone como ejemplo su propia experiencia: “Recuerdo cómo con 12 años estudiamos a Heráclito, quien defiende que la vida es puro cambio, todo cambia constantemente, y a Palménides, quien dice que los cambios son aparentes y todo permanece igual. Esto me hizo plantearme con aquella edad quién tenía más razón de los dos y acabé concluyendo que los dos dicen lo mismo. También estudiábamos Historia Universal y de España y Geografía; Ahora la gente no sabe exactamente dónde va y me parece que este desconocimiento del entorno, de lo que es la vida y de lo que es uno mismo, perjudica mucho al individuo”.
Coincidencias sigue a El atasco y demás fábulas (2016), que es la conversión al relato de las Fábulas escritas entre 1968 y 1978. “La fábula ha sido un género que he desarrollado desde el principio paralelo a la novela. Si bien mis novelas siempre hay humor, un humor en sentido cervantino o anglosajón, aquí es más disparatado, más absurdo, casi casi el de La codorniz. Para advertir al lector de este humor distinto que se va a encontrar, he puesto dos citas previas que abren y cierran el libro llenas de absurdo”. Una habla sobre la causalidad y la otra, “aunque dice ser un anónimo japonés del siglo XVI, habla de coches y de tiros”.
Un momento similar a los 60 y 70
El representante de la letra C mayúscula en la Real Academia Española –desde 1994– dice que al acabar cada obra, “siento que parece que lo he dicho todo, y poco a poco van apareciendo nuevas ideas». «Cuando terminé Antagonía, pensaba que no tenía nada más que decir y desde entonces han pasado 17 años y nuevas novelas. Bueno, más, porque, como recordó un crítico inglés, yo empecé a redactarla cuando estaba en Carabanchel en la cárcel. Ingresé en 1960 por una huelga de hambre [de oposición al régimen franquista] y las ideas previas que ya llevaba cuajaron gracias al aislamiento de cinco semanas. Empecé a escribirla el 1 de enero de 1963”, afirma.
Preguntado por el mercado editorial actual, Goytisolo afirma que “lo que no me interesa en absoluto son las novelas bestseller, que en general son lo que antes se llamaba un folletín”. Con todo, considera que el momento actual «es bueno, similar al que se vivió en los 60 y 70 con Luis Martín Santos y Juan Benet, entre otros, cuando se publicaron novelas muy innovadoras que quedaron oscurecidas por el boom latinoamericano”.