Un libro conmemora la declaración de la Albufera como Parque Natural

26-04-2017

La Fira del Llibre de València acogió ayer la presentación de la obra 30 anys, 30 mirades (Edicions 96), que reúne el balance de tres décadas de existencia del Parque Natural de la Albufera a partir del testimonio de todos los actores que intervinieron en la protección del paraje. Según sus autores, Vicent Llorens y Bosco Dies, el libro es “un proceso de reflexión y reconocimiento” que ofrece “una visión global con sus cosas buenas y malas”.

Treinta autores de tipología muy distinta, desde los técnicos del Ayuntamiento de València que iniciaron el proceso de defensa de la Albufera a biólogos, como Víctor Navarro o Guillermo de Felipe, regantes como Juan Valero de Palma, pescadores y marineros del lago como Pepe Caballer o Josep Chaqués, y periodistas como Francisco Pérez Puche o Emili Piera, entre otros, han intervenido en esta publicación cuando se cumplen 30 años de la declaración de Parque Natural de la Albufera.

La oportunidad de este libro se manifiesta al considerar que en 1987, cuando se crea el Parque, muy poca gente creía en la recuperación de la calidad ambiental del agua, algo que hoy se da como un hecho incontrovertible. “La protección surge cuando estaba en su peor momento, cuando se daba por perdida la Devesa. Fue un momento decisivo”, cuenta Dies. También ha desaparecido en este tiempo la tremenda presión de las iniciativas urbanísticas. Los autores señalan el origen de la degradación en la riada de 1957. El Plan Sud comportaba nuevas infraestructuras que propiciaron el crecimiento industrial en la zona de poniente del lago. “En cuestión de unos meses toda la vegetación de micrófitos de la Albufera se perdió”, explica el autor. La población local se vio asimismo afectada, sobre todo los pescadores, por la pérdida de calidad del entorno. La apuesta de los técnicos del Ayuntamiento de València por preservar las 21.000 hectáreas del actual paraje, y no solo El Saler de la Albufera, hizo que se pudieran conservar los arrozales. Sin embargo, en un magnífico parque tan cercano a una gran ciudad como València, lo que no faltan son problemas, desde los ecologistas hasta los regantes. Los distintos sectores representados en la junta rectora denuncian la falta de un caudal ecológico para el Júcar y la ausencia de una reserva de agua para la Albufera dentro de los Planes de Cuenca.

Los textos están acompañados de fotografías representativas de la fauna y flora del área protegida, de las distintas actividades humanas vinculadas, sobre todo la pesca y el cultivo del arroz, y de las construcciones y paisajes del entorno.

Vicent Llorens y Bosco Dies animan la Fundación Azut que tiene su sede en el edificio de una antigua trilladora en El Palmar. Además de elaborar esta obra y colaborar en presentaciones de publicaciones y otras actividades culturales, organizan el festival de música Anfibi y ciclos de cine relacionados con el paraje. El libro ha contado con el apoyo de la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de València y la Fundación Aguas de València.