Marta Sanz: “El pensamiento positivo nos hace mucho daño. Nos convierte en culpables de no tener trabajo, de no afrontar una enfermedad…”

30-04-2017

Marta Sanz (Madrid, 1967), galardonada con el Premio Herralde de Novela en 2015, ha presentado en la Fira de Llibre sus dos últimos libros Éramos mujeres jóvenes (Fundación José Manuel Lara) y Clavícula (Anagrama). Dos obras que abordan dos temas completamente diferentes como son los prejuicios y tabúes de la sexualidad en el postfranquismo, y la percepción del dolor.

Éramos mujeres jóvenes es un libro de encargo que en un principio Sanz pensó en abordar únicamente desde su punto de vista porque, aludiendo a Montaigne, “un ensayo es un dibujo introspectivo de la subjetividad”. Pero su afán perfeccionista le llevó a preguntar un cuestionario a un grupo de amigas para incorporar la voz colectiva a modo de “corifeo femenino”. En las preguntas les invitaba a reflexionar sobre sus experiencias sexuales, sobre si eran más libres en sus prácticas, qué habían aprendido y cuáles eran sus tabúes. La conclusión de la autora es que “hemos pasado de una sociedad nacional católica represiva que asociaba la sexualidad a la culpa a una sociedad donde por efecto del neoliberalismo tenemos que ser consumidoras sexuales activas, ser promiscuas y profesionalizar nuestras actividades erótico festivas”. Para Sanz, ambas actitudes son castradoras. Insiste también en la censura permanente a las decisiones de las mujeres, que toman con mayor o menor libertad. A este respecto le preocupa el concepto de libertad respecto a temas como la apariencia física porque, aludiendo a la acepción de Espinosa, “la libertad no tiene que ver tanto con el cumplimiento de nuestros de deseos sino de dónde provienen”. “Las mujeres deseamos cosas porque hemos sido criadas con patrones heteroculturales y eso se refleja en los cuestionarios de mujeres jóvenes”, añade.

Clavícula, sin embargo, es una experiencia en primera persona sobre el dolor “como víctimas del capitalismo avanzado”. En el libro habla del cuerpo, de las enfermedades, de la precariedad, de la invisibilidad de las enfermedades femeninas, del miedo. “Mis dolores son compartidos”, explica, y es así cómo “un texto autobiográfico se convierte en una novela social”. La autora considera que el dolor femenino solo se entiende o desde la suma resignación o desde la incredulidad permanente. Asegura que todo lo que cuenta en la novela es verdad: “He utilizado el lenguaje para indagar en la verdad que yo he sentido. Es un texto literario en el que el uso del lenguaje saca al espacio común el territorio de la ordinariez”. Clavícula es también una poética de la fragilidad que busca reivindicar el derecho a la queja de todo el mundo: “Me sentía rota y esa sensación se refleja en la estructura fragmentaria de libro”. En la novela se mezclan desde poemas a cuentos, pasajes cómicos y ensayísticos. Sanz advierte: “El pensamiento positivo en el que estamos inmersos nos hace mucho daño porque nos convierte en culpables de no tener trabajo, de no afrontar una enfermedad, de cabrearnos”.

Marta Sanz es doctora en Literatura Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid y actualmente es profesora en la Universidad Antonio de Nebrija. Ha recibido importantes reconocimientos por su trayectoria literaria, como el Premio Herralde de Novela 2015 por Farándula, el Ojo Crítico de Narrativa 2001 por Los mejores tiempos y el XI Premio Vargas Llosa de relatos. Colabora en diferentes medios de comunicación como El País, Público, Infolibre y El Cultural de El Mundo.

Actividades matinales

La agenda matinal de la Fira ha estado repleta de actividades infantiles, como Joguines màgiques de Rodamons Teatre; El secuestro de la bibliotecaria, de Rebombori Cultural; el taller Puntadas de color, los cuentacuentos L’últim llop de la Serrella, de Jordi RAül Verdú, y The Gingerbread Man, de John Harrop; y las presentaciones Les gallinetes de dol, de M. Carmen Sáez; la colección Primeres Rondalles d’Enric Valor, de Jordi Raül Verdú; El triangle rosa, de Silvestre Vilaplana; y Les contalles de Muniatto, de las hermanas Besolí. También se han celebrado las mesas redondas Curs de feminisme per microones, de Natza Farré; y Refugiats d’ahir, refugiats d’avui, a partir del libro Quan érem refugiats, de Teresa Pàmies; y las presentaciones Un viaje de Larache a Tánger a través de los libros de Sergio Arace; Mindfulness, la meditación científica, de Vicente B. Nebot; Éramos mujeres jóvenes, de Marta Sanz; Rabino Leo Baeck, de Juan Agustín Blaco Carbó; Montserrat Roig. La memòria viva, d’Aina Torres; y Festa sanguinària, a partir del libro Sangassa, de varios autores. Asimismo ha tenido lugar un Wikiconcurs Magnànim en el patio del Museu.